¿Se vive el arte?

Corría el año 2000, Armando Carrasco, un encantador publicista, con un feliz matrimonio de 11 años con su amada mujer Edith Cruz, con la compañía de dos hijos, Elías de 8 años y Carolina de tan sólo 6 años, fue cuando sin espera, sin planeación alguna, la noticia de un tercer embarazo inundó sus vidas de felicidad, 9 meses después, el 14 de Octubre del mismo año, nació en el bello estado de Puebla, su tercera hija y la menor de la familia, Ericka Lizete Carrasco Cruz, la pequeña Lizzie. 

Gracias al ambiente artístico donde creció, desde temprana edad fue una amante del arte, con música tocada por su hermano resonando en casa, diseños de logotipos, colores, dibujos colgados (en el refrigerador), historias nuevas contadas cada noche, cuentos cortos, fotografías tomadas por su hermana a cualquier hora del día, Lizzie tan llena de bailes naturales, espontáneos, sin siquiera saberlo, siempre se apasionó por la danza. 

          

 (Fotografía: Edith Cruz, 2007)

            Durante su infancia dedicaba su tiempo a crear historias fantasiosas, a cantar sin saber, pintar sin noción, gozaba de una imaginación que parecía no tener límites. En su adolescencia, comenzó a escribir obras y cuentos cortos, también aprendió a tocar el piano, fue durante esa época donde tuvo la primera corazonada acerca de dedicar por completo su vida al arte, bajo el consejo de sus dos hermanos artistas que siempre fueron su admiración y esperanza de que el arte puede cambiar a un país. Su padre, el encantador publicista siempre le recordaba una buena frase "Las personas lo suficientemente locas como para pensar que pueden cambiar el mundo son las que lo cambian" (Anuncio, "Piensa diferente" de Apple,1997, Steve Jobs la biografía, Walter Isaacson 2011)

        Sin embargo, no fue hasta los 15 años que descubrió el gran mundo del ballet como una profesión, y sin siquiera saberlo, la decisión ya había sido tomada 10 años atrás; decidió convertir su futuro en arte. Comenzando su carrera como bailarina profesional en el 2016 con un sistema inglés, conocido como Royal Academy of Dance, que consta de 5 años de arduo trabajo, actualmente sólo le faltan dos años para terminar su carrera e intentar emprender vuelo. Mientras tanto, mantiene activa su participación en diferentes montajes como El Cascanueces, Don Quijote de la Mancha, Coppelia, La Bella Durmiente, entre otros.

Al graduarse de la preparatoria, bajo la guianza de su padre, tomó la decisión de estudiar una carrera alterna, al elegir ciencias de la comunicación nunca creyó que llenaría tantas expectativas que desde niña creó, ahora se encuentra cursando el segundo semestre en la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla. Y al mismo tiempo, siguiendo su corazón.

                                     
                                                                 (Fotografía: Erik Barrera, 2016)





                                                                                                                                   


                                                                                                                        ATENTAMENTE Lizzie...